¿Es el nativo digital un ciudadano digital?
Nativo digital es un término acuñado por el autor estadounidense Marc Prensky en 2001. Se trata de las personas, rodeadas desde temprana edad por la tecnología (por ejemplo: computadoras, videojuegos, cámaras de video, celulares) y los medios de comunicación, situación que las lleva a desarrollar maneras de pensar y de entender el mundo de manera distinta a las de generaciones anteriores.
Por oposición, se define al “inmigrante digital” como la persona nacida y educada antes del auge de las nuevas tecnologías y que ha desarrollado habilidades respecto a las mismas en la adultez.
Más allá de discutir el término de nativo, inmigrante o cromañón digital (personas cuya crianza, educación y desarrollo profesional no han estado ligadas con las TIC), me parece interesante comenzar a discutir sobre cuáles son los niveles de conocimiento, habilidades y competencias que debemos tener los ciudadanos del siglo XXI para ser considerados “ciudadanos digitales”.
¿Qué hace a una persona un ciudadano digital?
- Tolerancia en la red. Se refiere al respeto por el otro en los espacios digitales.
- Colaboración: Las redes no son significativas para la vida pública si se usan solo para chatear y compartir fotos. Es preciso construir conocimiento; compartirlo con la comunidad; ejercer el activismo político-social a través de la participación activa en las redes sociales para, por ejemplo, pedir rendición de cuentas a gobernantes o a empresas.
- Difundir conocimiento y compartirlo. Si soy un profesor de literatura o de matemáticas, artesano, conocedor de un oficio, ejercer mi ciudadanía digital es compartir conocimiento, puntos de vista y promover el diálogo en esa área de la que soy experto.
¿Por qué es prudente traer al debate el concepto de ciudadanía digital?
Basta ver nuestro “timeline” en Twitter o nuestro perfil en Facebook para tener una clara evidencia de que las redes son formidables herramientas para construir y ejercer la ciudadanía, pero lamentablemente esto aún no está ocurriendo en la dimensión requerida.
Debemos aprender a sacar provecho de las ventajas que nos ofrecen las nuevas tecnologías para ser mejores ciudadanos: un nuevo entorno para nuestros intercambios y conversaciones, sin límites de tiempo ni localidad geográfica, y en el que no solo puedo escuchar, sino también participar activamente. Gracias a las TIC es posible comunicarnos unos con otros, todos con todos; por ende, el contenido que aportamos a las conversaciones es la clave.
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